In memoriam de mi maestro

Esta mañana me comunicaron una noticia que, pese a que llevaba tiempo sabiendo que ocurriría un día de estos, me ha entristecido más de lo que pensaba. En la noche de ayer fallecía mi maestro, José Cuevas Pérez, persona con profundos sentimientos humanistas.
A la edad de 76 años falleció mi maestro, mi amigo, que a pesar de la diferencia de edad, dejó en mí una marca indeleble de respeto, que ni las diferencias ideológicas han podido ocultar. Persona inquieta, metódica, investigadora, quizás un poco cabezón, pero con un gran amor por su pueblo, tanto que, a pesar de no habitar ya en él, Villanueva Mesía, aún tenía su casa en la localidad y cómo no también su deseo ser enterrado en su pueblo, su pueblo del alma, a pesar de que por su alineación política algunos lo rechazaran.
Su brillante inteligencia, extraordinaria capacidad de trabajo y sobre todo su sentido estético y deseo de conocer la verdad, le llevaban a exigir el rigor no sólo en la exposición verbal de las ideas sino, principalmente, en la presentación escrita de los resultados, exigiendo una correcta sintaxis y ortografía. Este hábito también lo practicó durante su faceta política, no en vano fue alcalde de Villanueva durante muchos años, diputado provincial y parlamentario andaluz. Pero en esta comunicación no se analizan ni comentan los temas de sus obras y trabajos de investigación. Su libro, como no, dedicado a su pueblo “El Señorío de Villanueva Mesía” constata ese amor desmedido por su pueblo que en algunas ocasiones no fue entendido por algunos de sus paisanos. Simplemente se pretende humildemente rendir mi cordial recuerdo y homenaje a quien tanto debemos por su desinteresada y esencial ayuda en nuestra formación, no sólo pedagógica sino humana. Existe una práctica popular afirmando que “si tú no dices lo que eres otros dirán lo que no eres”, por ello se vio obligado a precisar que ello no era debido a que perteneciera a un partido político determinado, sino a que la experiencia de haber vivido las limitaciones de acción del individuo respecto a la realización de ideales de alcance colectivo, le llevaron a adherirse a diversas organizaciones con el interés común de alcanzar mejoras colectivas, primero locales, luego provinciales y más tarde a nivel andaluz. Mi más sentido pésame a su esposa Alicia, a sus hijos José Julio, Alicia, Arita, María José y Cristina. Todas las personas que se han encontrado con él, aunque haya sido en una sola ocasión o con un trato más frecuente, han recibido el impacto de su persona. Hemos podido disfrutar de él, de “su presencia y su figura”. Y eso es lo importante.
Descanse en paz.